Destilando gloria: Torres Brandy galardonado

Desde las colinas doradas del Penedès hasta los cielos claros del Limarí, hay espíritus que se sienten. Son esencias que han nacido del tiempo, la tierra y la paciencia, y que ahora brillan con luz propia en los altares más exigentes del mundo. Los prestigiosos concursos International Spirits Challenge e International Wine & Spirit Competition han hablado, y su veredicto es música líquida: medallas de oro, puntuaciones casi perfectas y el reconocimiento a quienes destilan excelencia con cada gota.

En Vilafranca del Penedès, tierra de viñedos y silencios soleados, la tradición tiene aroma a roble y fruta madura. Allí, Juan Torres Master Distillers, el corazón espirituoso de la Familia Torres, sigue elevando el arte de la destilación a alturas sublimes. Cuatro de sus brandis – Jaime I, Torres 20, Torres 15 y Torres 10 – han sido coronados con medallas doradas en la última edición del International Spirits Challenge, como si el tiempo mismo hubiese decidido rendirse ante ellos.

Jaime I, presentado en una botella que parece esculpida por Gaudí bajo un cielo de fuego, es más que un brandi: es una pieza de arte bebible. Seduce con notas de roble tostado, vainilla y fruta madura, envolviendo el paladar como una sinfonía de otoño. Torres 20, el más premiado, es misterio y luz: floral, intrigante, con destellos cítricos de limón y naranja, y un final que deja el alma en suspenso. Este néctar recibió el mayor honor del IWSC, un aplauso de oro que solo unos pocos alcanzan.

En el juego elegante de la mixología, Torres 15 se mueve como un bailarín de tango: ahumado, con notas de cuero y especias que invitan al riesgo. Mientras que Torres 10 ofrece un equilibrio que solo los grandes saben lograr, con aromas que evocan curry, nuez moscada y frutas que han besado el sol.

Pero los laureles no terminan en el Mediterráneo. Desde el norte de Chile, donde el desierto abraza los valles con una luz inmaculada, llega El Gobernador, un pisco nacido en Limarí que ha sido doblemente galardonado. ISC lo premió por su elegancia y expresión aromática, mientras que IWSC le otorgó una puntuación de 98 sobre 100, un tributo reservado a espíritus extraordinarios. Sus jueces lo describieron como una revelación: no solo por su equilibrio y fineza, sino por la forma tan fiel en que captura la esencia de la uva, como si hablara el idioma de la tierra misma.

Ambas competencias, guardianas de la excelencia líquida, son más que concursos: son oráculos que cada año reúnen miles de entradas desde todos los rincones del planeta. Ciegos ante etiquetas y marcas, sus jueces confían únicamente en el alma de lo que prueban. Y este año, el alma del Penedès y del Limarí ha hablado con una voz clara y luminosa.

Juan Torres Master Distillers lleva casi un siglo perfeccionando este arte ancestral. Desde 1928, sus alambiques han destilado historias y carácter, creando referencias que abarcan desde el brandi hasta el whisky, pasando por el vermut y el licor de naranja. Es una alquimia silenciosa, donde el conocimiento y la pasión se funden con los años y la madera.

Hoy, con medallas que brillan como constelaciones, estos destilados no solo representan lo mejor de su clase, sino que nos invitan a un viaje sensorial. A levantar la copa, cerrar los ojos y dejarnos llevar por sabores que cruzan océanos, culturas y generaciones.

Salud al arte. Salud al tiempo. Salud al espíritu.


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