
En un país que vibra entre contrastes, pasiones e historias por escribir, hay momentos que trascienden la efervescencia del presente para convertirse en gestos de visión. Así fue La Comida de los 300 Líderes Más Influyentes de México, presentada por Grupo Bosque Real, un ritual moderno donde se honra el liderazgo no como posición, sino como propósito.

Cada año, este encuentro —creado y producido por FCO Group a través de su plataforma Líderes Mexicanos— se erige como un espejo del país: complejo, vibrante, esperanzado. En su más reciente edición, celebrada en la capital, la Comida volvió a reunir a las voces que dan forma a los rumbos de México desde la empresa, la cultura, la justicia, la política, la ciencia y el arte. Y lo hizo con un tono íntimo y solemne, como si la pausa —esa tan esquiva en los tiempos modernos— fuera también un acto de liderazgo.
La ceremonia dio inicio con las palabras de Jorge y Raúl Ferráez, fundadores de Líderes Mexicanos, quienes recordaron que el liderazgo auténtico no se define por un título, sino por la capacidad de mover, inspirar y transformar. En sus palabras resonó una verdad necesaria: hoy más que nunca, México requiere liderazgos humanos, colectivos, conectados a la realidad.
A ellos se sumó Marcos Salame, presidente de Grupo Bosque Real y presentador oficial de la edición, quien subrayó la necesidad de construir puentes entre el sector privado y la sociedad civil. Su mensaje fue claro: el país que soñamos solo será posible si se diseña en común, desde la colaboración y la corresponsabilidad.

La experiencia culinaria —fiel al espíritu de lo que se celebra— fue una extensión del mensaje. El chef Santi Palacios diseñó un menú que entrelazó pasado y presente, creando un puente entre la riqueza de la cocina mexicana tradicional y la sofisticación de la contemporaneidad. Cada platillo contó una historia, despertando los sentidos y honrando el gusto como una forma de memoria.
La tarde avanzó con el anuncio de una iniciativa de gran aliento: MX30: Visión Compartida, presentada por Raúl Ferráez. Esta propuesta plantea un diálogo abierto entre generaciones de líderes, con el objetivo de construir un horizonte común para México de cara al 2030.
La Comida de los 300 fue una ceremonia de propósito. Un espacio para reconocerse en el otro, para pensar a México desde la altura de la colaboración y el humanismo. En cada discurso, en cada aplauso, en cada silencio compartido, se sentía la necesidad urgente de una nueva manera de liderar.