Entre Montañas & Cafetales en Tanzania

En los rincones cálidos de Arusha, Tanzania, donde el aire es suave y cargado de historias, encontré un refugio que abrazó mi alma: el Elewana Arusha Coffee Lodge. Más que un simple destino, fue un espacio donde la tierra y el cielo parecían susurrar en perfecta armonía, invitándome a ser parte de algo mucho más grande que yo misma. Aquí, el ritmo del mundo parece desacelerarse, y el tiempo se convierte en un compañero generoso, dispuesto a regalar momentos de serenidad que perduran.

El lodge, enclavado en un rincón privilegiado de las montañas tanzanas, es como una sinfonía de sensaciones. El aroma a café, cálido y profundo, se mezcla con la brisa fresca que desciende de las montañas, creando una atmósfera que, como un abrazo, te envuelve desde el primer paso. En cada rincón, el café, esa joya de la tierra africana, se convierte en el protagonista. En las terrazas de los bungalows, el murmullo de las hojas y el canto lejano de los pájaros forman una melodía que acompaña cada sorbo de la bebida que, por tradición y cultura, une a esta tierra con el resto del mundo. Cada grano de café, cultivado con esmero en estos suelos fértiles, tiene una historia que contar, una historia que se entrelaza con la de los que lo cultivan y los que, como yo, llegan en busca de paz.

Desde las primeras luces del día, cuando el sol se desliza suavemente sobre las hojas verdes de los plantíos, hasta la serenidad del anochecer, cuando el cielo se viste de colores imposibles de describir, el lodge es un refugio perfecto. El paisaje, cambiante y etéreo, se despliega ante mis ojos como una obra de arte que nunca se repite. Cada amanecer es un susurro de promesas, y cada atardecer, una despedida llena de nostalgia y belleza. En cada rincón del lodge, el cielo y la tierra se funden en un solo horizonte, eterno y lleno de magia.

Las noches, marcadas por un silencio profundo y reconfortante, parecen abrazar el lugar con su calma. Solo el murmullo del viento entre los árboles y el canto lejano de algún animal interrumpen la quietud. Es en estos momentos de paz donde encuentro mi refugio, un espacio donde el tiempo deja de ser importante y el alma se siente plena. El Elewana Arusha Coffee Lodge no es solo un lugar de descanso, sino un espacio para la reflexión, para la conexión con la naturaleza y con uno mismo.

Además del paisaje y el confort, lo que realmente hace especial a este lugar son las personas que lo habitan. La calidez con la que fui recibida, la sencillez de los gestos, la generosidad de cada sonrisa… Todo en Elewana habla del orgullo y la dignidad de una tierra que sabe acoger. Las conversaciones, llenas de miradas y gestos, se vuelven una danza silenciosa que crea vínculos invisibles, esos que nos unen a través de la humanidad compartida y el amor por la tierra que nos da vida.

Mi estancia en Elewana Arusha Coffee Lodge fue un viaje sensorial que tocó cada rincón de mi ser. Las hojas de café se mecen al viento como testigos silenciosos de todo lo que ocurre en sus alrededores, y yo, como visitante fugaz, me sentí parte de esa historia sin fin. Aquí, entre la majestuosidad de la naturaleza y la calidez de su gente, el tiempo parece detenerse.


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