
En un mundo donde el lujo ya no se viste únicamente de brillo y exclusividad, sino que se reinventa como sinónimo de conciencia, propósito e innovación, LuxuryLab Global volvió a situar a México como el punto cardinal del pensamiento estratégico en torno a la nueva era del lujo.
El pasado 2 de septiembre, bajo la elegante atmósfera del Four Seasons Hotel Mexico City, se celebró la decimocuarta edición de este foro emblemático, reuniendo a las mentes más lúcidas y provocadoras de la industria. Bajo el lema “Elevated Luxury: Mindfulness Reimagined”, esta edición no solo fue un evento: fue una invitación a repensar el lujo como un espacio de pausa, contemplación y reconexión en medio de la aceleración tecnológica y el ruido global.
Más de 26 voces internacionales dieron forma a un tapiz fascinante de perspectivas. Cada una, desde su trinchera —la moda, la gastronomía, la neurociencia, la tecnología, la naturaleza— ofreció una pincelada que, en conjunto, delineó el futuro del lujo: un futuro donde la experiencia reemplaza al objeto, donde el bienestar profundo se vuelve prioridad, y donde el arte de vivir se convierte en lujo supremo.
Desde Fflur Roberts, de Euromonitor International, con su mapeo de un consumidor en evolución, hasta la reveladora ponencia de Pauline Brown, ex presidenta de LVMH Norteamérica, quien nos recordó que la inteligencia estética es la ventaja competitiva más poderosa de esta nueva era, el foro fue un desfile de ideas brillantes y provocadoras.

Una de las ponencias más conmovedoras fue “Wilderness as Luxury”, de Annie Rosas y Jorge Cervera Hauser, quienes nos recordaron que el lujo también es volver al origen, a lo salvaje, a la naturaleza que cura y transforma. La cocina, como siempre, fue arte. Los chefs Raúl Vázquez y Colin Bedford elevaron la experiencia culinaria con un menú que fusionó la hospitalidad mexicana con la elegancia californiana: un homenaje comestible al encuentro de culturas.
En el universo del bienestar, el Dr. Rigoberto Arámburo propuso una visión integrada de longevidad, belleza y ciencia; mientras que el Dr. Mario Martínez nos llevó a explorar cómo las narrativas culturales del éxito y el lujo afectan nuestra salud emocional.

La industria automotriz también encontró su voz en el panel de Lincoln, donde William Vélez y Ernesto Hernándezredefinieron la movilidad como un acto de autoconexión. El vino, las fragancias, la moda y hasta la legislación fueron abordados con profundidad, cada uno elevando su discurso desde el deseo hacia la conciencia.
El lujo también canta: la artista internacional Lola Ponce ofreció un performance que fue, al mismo tiempo, una caricia sonora y un manifiesto estético. Momentos especialmente poderosos surgieron con figuras como Eufrosina Cruz Mendoza, quien, desde su activismo zapoteca, recordó que el verdadero liderazgo nace de la autenticidad, de la lucha y de la voz que no se calla. Su reconocimiento con el LuxuryLab Award fue una ovación al alma del evento: un lujo con propósito.
Esta edición reunió a verdaderos alquimistas del pensamiento: Abelardo Marcondes, fundador y curador del evento; Arap Bethke, actor y activista ambiental; Andrea Legarreta y Aarón Díaz, quienes con carisma y visión condujeron los diálogos; y Ceci de los Ríos, coach del bienestar, cuya presencia aportó profundidad y equilibrio.
LuxuryLab Global 2025 fue un manifiesto. Un llamado a imaginar un futuro más bello, más consciente, más humano. Porque hoy, el verdadero lujo está en lo que nos transforma. Y desde la Ciudad de México, LuxuryLab vuelve a recordarnos que el lujo —el auténtico, el elevado— es ese espacio donde la belleza se encuentra con la verdad.
