Desde Crystal Serenity con Amor: Parte 1

Donde la tierra se encuentra con el cielo en una eterna reverencia, se despliega un paisaje que susurra secretos antiguos… Los glaciares, espejos de un tiempo remoto, reflejan la luz del sol en un juego de azules y blancos inmaculados; las montañas, guardianes silenciosos, se alzan majestuosas como colosos de un sueño primordial, y en el silencio de sus bosques interminables la naturaleza revela su poesía más profunda, un verso épico escrito con hielo y estrellas. Esto es Alaska.

Aquí, en el rincón más salvaje del mundo, el espíritu se libera y la belleza se convierte en un eco eterno de lo sublime. Cruzando ‘la ultima frontera’, me encuentro en un mundo sublime y fascinante abordo de Crystal.

Explorar este fascinante destino con Crystal es una experiencia inolvidable que combina excelencia, aventura y la majestuosa belleza de los paisajes árticos. Crystal ofrece una oportunidad única para explorar uno de los destinos más impresionantes del mundo, con itinerarios meticulosamente diseñados que permiten sumergirse en la rica diversidad de los paisajes y la vida salvaje de Alaska.

Desde imponentes glaciares y montañas nevadas hasta serenos fiordos y exuberantes bosques, cada día a bordo de un crucero Crystal ofrece nuevas oportunidades para descubrir maravillas naturales. Mi odisea en este mágico destino comenzó en Ketchikan, una pintoresca ciudad costera conocida por su vibrante cultura indígena y su entorno natural impresionante. Rodeada de bosques densos y bañado por las aguas del estrecho de Behm, Ketchikan es famosa por su rica historia de pesca, su arquitectura histórica y sus coloridos totems que reflejan la herencia de los pueblos nativos Tlingit, Haida y Tsimshian.

Continuamos con un ‘scenic cruising’, disturbando de espectaculares vistas panorámicas desde la comodidad del barco. En el majestuoso Tracy Arm y Endicott Arm de Alaska, los panoramas son simplemente impresionantes. Estos fiordos glaciares, situados en el sureste del estado, se caracterizan por sus paredes escarpadas y sus aguas cristalinas que reflejan el azul profundo del hielo. Los glaciares que descienden desde las montañas hacia el mar ofrecen un espectáculo visual espectacular, con enormes icebergs flotando y cascadas que se precipitan hacia las aguas tranquilas.

El ambiente tranquilo y la belleza natural de estos brazos del mar crean una experiencia sublime, donde la magnificencia del paisaje se combina con la serenidad del entorno. Desde Crystal, esta belleza luce en todo su esplendor – el Palm Court donde disfruto de la hora de té, la enorme alberca, el delicioso restaurante Waterside, las canchas de tennis y practica de golf al aire libre… un sin fin de espacios me invitan a pasar momentos placenteros y al mismo tiempo sumergirme en la magia de Alaska.

Tuve el enorme placer de disfrutar el spa Aurōra de Crystal; desde el momento que entramos nos sentimos como si estuviéramos recibiendo la luz de la diosa del amanecer, Aurōra, quien cada mañana renueva el mundo con su energía revitalizante. Los tratamientos inspirados en el amanecer ofrecidos en el spa son una mezcla perfecta de tecnología avanzada y un toque personal, lo que me permitió sentirme renovada y equilibrada. Al salir, me sentí completamente rejuvenecida, lista para enfrentar el mundo con una energía renovada.

Nuestra siguiente parada fue Juneau, la capital de Alaska, una ciudad única y encantadora enclavada en un entorno natural impresionante. Rodeada por majestuosos picos montañosos y el brillante mar de la Bahía de Gastineau, Juneau combina la belleza salvaje de la naturaleza con una rica historia cultural. Aquí me aventuré a una hermosa caminata hacia el majestuoso glaciar Mendenhall y las hermosas cascadas Nugget Falls que desembocan en una playa rocosa.

Al caer la noche, de regreso en Crystal Serenity, me dejé llevar por la exquisitez de su restaurante de autor: Umi Uma by Nobu. El restaurante se destaca por su menú innovador que combina ingredientes frescos y técnicas culinarias refinadas. Cada plato está meticulosamente preparado para ofrecer una explosión de sabores que reflejan la maestría del celebre chef. Nigiris, sashimis y, claro, el icónico bacalao con miso del chef Nobu Matsuhisa, deleitan nuestros sentidos mientras glaciares se deslizan por la ventana bajo un largo y mágico crepúsculo.


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