Blog de Deby Beard

Kenia, un país que evoca imágenes de vastas llanuras, animales en su hábitat natural y cielos infinitos, es uno de esos destinos que promete una conexión profunda con la naturaleza. Desde las costas del Océano Índico hasta las montañas y llanuras del interior, Kenia es un lugar donde los contrastes de paisaje y cultura se mezclan en una armonía fascinante. Es una tierra donde la vida salvaje es protagonista, y cada rincón guarda una historia por contar. 

En el corazón de esta tierra salvaje se encuentra el Masai Mara, uno de los parques nacionales más famosos y espectaculares del mundo. Conocido por su abundante fauna, en especial durante la Gran Migración, el Mara es una vasta extensión de sabana que parece no tener fin. Aquí, los leones, elefantes, jirafas y guepardos no son solo protagonistas de safaris, sino símbolos de un ecosistema intacto, donde la vida sigue su curso en su forma más pura. En el Masai Mara vivimos una experiencia sensorial que, una vez vivida, deja una huella profunda en el corazón.

Dentro de este santuario natural se encuentra el JW Marriott Masai Mara, un oasis de lujo que combina la elegancia con el entorno salvaje de la región. Desde el momento en que llegamos, el hotel nos dio la bienvenida con su arquitectura sofisticada y su inconfundible estilo africano, que respeta y celebra la cultura local. Las instalaciones están perfectamente integradas en el paisaje, sin perturbar el equilibrio de la naturaleza que las rodea, creando una atmósfera de tranquilidad y exclusividad.

Por supuesto, el safari fue la joya de la experiencia. Cada dia partíamos en una de las lujosas camionetas del hotel, guiadas por expertos masáis que nos introducían en el mundo salvaje del Mara. Los guías, con su profundo conocimiento del ecosistema, nos llevaban a los rincones más remotos del parque, donde tuvimos encuentros cercanos con los “Cinco Grandes”, además de observar manadas de cebras, jirafas y cientos de otras especies. Los atardeceres eran igualmente impresionantes, con el cielo que se tornaba naranja mientras los animales regresaban a sus lugares de descanso, brindándonos una visión impresionante de la vida natural en su máxima expresión.

Las noches en el JW Marriott Masai Mara también fueron mágicas. Después del safari, nos reuníamos con otros huéspedes alrededor del fuego, disfrutando de una cena bajo las estrellas. La comida, una fusión de sabores africanos, indios e internacionales, fue una delicia para el paladar. Durante la cena, los relatos de los guías sobre las tradiciones masáis y las historias de la vida salvaje nos mantenían cautivados, mientras el cielo se llenaba de estrellas y el viento suave traía consigo el aroma de la sabana.

Cada detalle del JW Marriott Masai Mara está pensado para que la estancia sea una experiencia enriquecedora que nos permita conectar con la esencia misma de África. La combinación de confort, naturaleza salvaje y autenticidad hizo de nuestra estancia algo verdaderamente único, una que siempre llevaremos con nosotros. En el corazón de Masai Mara, el hotel nos ofreció una ventana hacia el alma de Kenia.