La palabra ‘Tuğra’ describe la firma caligráfica de los sultanes otomanos, utilizada como membrete o sello imperial; un símbolo de realeza y sofisticación. Este es el nombre que lleva el restaurante insignia de Çırağan Palace Kempinski, cuya majestuosa elegancia hace eco a la época dorada de los sultanes.
Para conocer el verdadero sabor de Turquía, Tuğra nos lleva de la mano a descubrir sabores y platos otomanos especialmente diseñados que acompañan el resplandeciente paisaje de Istanbul. Ubicado en el primer piso del histórico Palacio Çırağan con una vista impresionante del atardecer en las aguas turbias del Bósforo, esta joya culinaria es un portal al pasado.
Las impresionantes columnas del histórico palacio son iluminadas al caer la noche, enmarcando la espectacular vista. Dentro de los grandes y elegantes salones del restaurante nos encontramos con impactantes murales y obras de arte que nos hacen sentir cómo la realeza que solía habitar Çırağan. Hoy en día esta joya arquitectura es un espectacular hotel Kempinski.
El jefe de cocina de Tuğra, Emre İnanır, ha sido internacionalmente reconocido y el restaurante es recomendado por la Guía Michelin. Su menú nos lleva a través de la historia y recrea los sabores más auténticos del país, como el “Piraya”, que consiste de puré de tomate seco cocido a fuego lento, queso casero a la albahaca, almendra tostada y aceite verde, o el platillo típico de cordero sazonado a la parrilla “Kokoreç” con pan plano de masa madre, puré de membrillo y ensalada “zerzevat”.
Para el mes de noviembre el restaurante Tuğra ha comenzado a servir platos de temporada “sopa de apio” y “cazuela de membrillo y apio” con ingredientes locales. Aquí también podemos disfrutar del clásico “Öcce”, un puré de lentejas habas “Bodrum fava”, hierbas frescas, aceitunas secas y condimento de manzana verde.
Me asomo por la ventana de Tuğra y vislumbro Asia más allá de los barcos que van y vienen en el transitado Bósforo. Sintiéndome como una reina, me deleito en la belleza y exquisitez culinaria de Çırağan Palace Kempinski, en su renombrado servicio, en su exquisito y seductor ambiente de lujo desmesurado, y en su encanto histórico.
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