
Una mezcla de sofisticación culinaria libanesa, bellamente conspirada con la epopeya de Gilgamesh en la elegante decoración de Rehan, revela una búsqueda babilónica sin igual, sofisticadamente mezclada con una experiencia gastronómica contemporánea autentica. Su historia única se deriva del estado de derecho de la antigua Mesopotamia “El Código de Hammurabi” para iluminar la visión de su chef de la elaboración de notables rituales libaneses y espectáculos gastronómicos.
El renacimiento de la antigua Mesopotamia en un platillo: esta es la esencia del exquisito restaurante Rehan. La joya culinaria de Kempinski Red Sea en la Ciudad de Aqaba, Jordania, este edén gastronómico es un portal sensorial que nos sumerge en la historia de la cocina Libanesa, una de las más antiguas del mundo.

Un espacio de relajación, sofisticación y a la vez exploración y descubrimiento, Kempinski Hotel Aqaba Red Sea combina el ambiente de un resort playero con la exotica atracción de los destinos mas espectaculares de Jordania. Este resort de 5 estrellas es un paraíso para los que somos exploradores y buscadores de placer culinario en la costa del Mar Rojo.
En su restaurante estrella tuve el placer de disfrutar de su ya celebre ‘one-meter kebab’, un kebab de carne de un metro, cuya infinidad de exquisitas guarniciones llenan la mesa con color y aromas antojosos. Entradas exquisitas como Kubbeh frito con yogurt de ajo y nueces, el clásico arroz oriental Ouzi Bel con cordero y pepino, y mi favorito, el muhamarra de pimientos y chiles, fueron el comienzo de una aventura sensorial.

Acabó la mágica velada con una típica y deliciosa shisha, o narguile, la cual fumamos en la terraza, con los pies en la arena del Mar Rojo y una brillante luna iluminando las olas de océano. Una experiencia autentica y de lujo, esta sumersión en el arte culinario de Líbano, el servicio reconocido de Jordania y los sabores del tabaco árabe: Rehan es el escenario de vivencias memorables.
Un espacio donde la exclusividad une fuerzas con la belleza natural para enamorarnos perdidamente del destino, el hotel es un remanso de paz. Desde la terraza de Rehan me dejo seducir por la exquisitez del momento, la perfección del servicio y el alma autentica de Kempinski Hotel Aqaba Red Sea.
