Cena alpina ‘a la piedra caliente’

Uno de los panoramas más espectaculares del mundo se asoma por la ventana. Las finas nubes blancas parecen deslizarse como agua entre los árboles y las cimas nevadas de las montañas, rápidamente cubriendo y descubriendo imponentes y majestuosos picos: así es Berchtesgaden.

Una estancia de placeres sensoriales sin igual en toda la zona, cada instante en Kempinski Berchtesgaden es un deleite para los sentidos, donde la gastronomía y la cultura juegan un papel crucial en nuestra experiencia.

En el restaurante Bergstuberl de Kempinski Berchtesgaden el menú cambia dependiendo de las temporadas, en invierno podemos disfrutar una fondue tradicional y en verano de una cena ‘a la piedra caliente’, todo en un ambiente rústico típico de los Alpes.

El menú de verano que tuve el placer de conocer consta de una ensalada campesina de montaña como entrada, seguida de una piedra caliente con carnes a elegir, pescado fresco, verduras de temporada, guarniciones y salsas y dips caseros. A mi gusto freí en la piedra caliente de 300 grados todos los sabrosos ingredientes: una selección de carnes y pescados y verduras de temporada con guarniciones, salsas y dips caseros.

Disfruté de filete de ternera de la región de Salzburgo, filete de char, ternera de cebo de silla de montar, pechuga de pollo organica, patatas a la garnacha, setas de ostra, espárragos verdes, pimentones flameados y maíz bebe – todo acompañado con rema agria de hierbas, mermelada de pimiento morrón y típica mostaza alemana.

Para el postre, probé el clásico Kaiserschmarrn, recién horneado con ciruelas y helado de vainilla. Con un ambiente acogedor y autentico, el restaurante Bergstuberl nos remonta a tiempos pasados y nos permite descubrir delicias culinarias clásicas de la región.

Deleites culinarios en un entorno simplemente mágico – cada momento en Kempinski Berchtesgaden es una aventura sensorial. Situado en los Alpes bávaros a una altitud de 1000 metros, con vistas panorámicas del valle de Berchtesgaden, Salzburger Land y el macizo de Watzmann, el maravilloso Kempinski Berchtesgaden existe en otro mundo, donde el tiempo se detiene y nos incita a ponernos en contacto con hermosa naturaleza que nos rodea.


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