Pasarela de Sabores

Un mismo camino, un sinfín de sabores… la nueva joya culinaria deJW Marriott en la Ciudad de México, Sendero Polanco un espacio culinario pensado para descubrir la gastronomía mexicana y Latinoamericana en una pasarela de sabores.

Este nuevo concepto viene acompañado de una simbología de lo que identifica a México, y que se ha integrado como estandarte de nuestra cultura en el mundo. Con platillos nacidos de la pasión y talento de Alejandra Arratia, la primera chef ejecutiva de un JW Marriott en México, representa el alma de nuestro país.

Su diseño, mural, decoración y paisajismo, se integran con la auténtica ‘cocina de la abuela’, donde las recetas están cargadas de aromas y sabores que nos transportan a través de la memoria a momentos placenteros de nuestra vida. En Sendero Polanco nos espera un viaje – un camino – sensorial.

En los ingredientes locales y frescos de su cocina, se captura la esencia vibrante y colorida de los mercados tradicionales. Estos son integrados y transformados armoniosamente en platillos vistosos y elegantes, sin pretensiones, pero con mucho carácter.

Otro homenaje a uno de los grandes representantes de México, Tahona Mezcal Room es una mezcalería como ninguna otra, donde los mezcales artesanales reflejan el sabor y carácter único de las distintas regiones de las que provienen. Entre sorbos, el sabor del pasado se entremezcla con la pasión por auténtico, en un ambiente de íntima comodidad. Toma su nombre de la tahona, una gran rueda de piedra tirada por una mula o caballo y que se utiliza para aplastar las piñas de agave y extraer su jugo, con el que elabora el mezcal después de un proceso largo y dedicado. 

La fuente de inspiración del mural El Sabio de la Tierra, realizado por el artista Carlos Segovia “Sego” figuran el epazote, uno de los ingredientes primordiales de la gastronomía mexicana; el chapulín, el insecto que hace referencia a Chapultepec; el gusano de seda, como referente de los orígenes de la localidad; y por supuesto, el campesino de manos fuertes, con las que sostiene a la garza, como un símbolo de sabiduría y comunión con la naturaleza. Esta ave habitaba las riberas de la laguna de Tenochtitlán y del Río San Joaquín y que cruzaba el actual Polanco. Así, el recorrido gastronómico es completo, desde el platillo en la mesa hasta el ambiente que nos sumerge en una historia lejana y de la que somos su legado.


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