
Mi reciente visita a la región de la Dordogne, en el suroeste de Francia, fue un viaje que combinó historia, cultura y gastronomía de manera fascinante. Desde las impresionantes cuevas prehistóricas hasta la exquisita cocina local, la experiencia fue tan enriquecedora como inesperada.

Mi recorrido me llevó a con una visita a la Gruta de Font-de-Gaume, situada en el pintoresco pueblo de Les Eyzies, a pocos minutos del centro del pueblo. Este sitio es uno de los santuarios paleolíticos más importantes del mundo y el último en ofrecer al público el acceso a pinturas rupestres policromas auténticas. La gruta, que data de hace más de 17,000 años, alberga una serie de pinturas que representan animales como bisontes, caballos y ciervos, todos realizados con una sorprendente gama de colores y detalles. Durante el recorrido guiado, la sensación de estar conectado con un pasado tan remoto es casi palpable, y la experiencia se convierte en una inmersión total en la historia de la humanidad.
Font-de-Gaume, además de ser un sitio arqueológico de renombre mundial, se encuentra en un entorno natural espectacular en el Valle de la Beune, un paisaje que, por sí mismo, invita al asombro y la reflexión.
A unos minutos de la cueva, en el encantador pueblo Eyzies, disfruté de una excelente comida en el restaurante Bistro Chez Chloé, ubicado en el mismo Valle del Dordoña. Bajo la dirección del chef Mathieu Métifet, reconocido como “Maître Cuisinier de France”, el restaurante ofrece una experiencia culinaria que rinde homenaje a los productos autóctonos del Périgord, a la vez que incorpora toques marinos en sus platos.
Métifet, que comenzó su carrera como ostricultor en la cuenca de Arcachon, ha logrado fusionar la tradición local con sabores marinos para crear platos únicos. Desde un delicado foie gras hasta un pescado fresco de la región, cada bocado es un viaje por los sabores del Périgord. El ambiente acogedor y la atención al detalle hacen que el Bistro Chez Chloé sea el lugar perfecto para relajarse y disfrutar de la alta cocina en el corazón histórico de esta región.

Otro de los grandes hitos de mi visita fue el Centro Internacional de Arte Rupestre Lascaux 4, en Montignac, donde tuve la oportunidad de explorar una réplica exacta y completa de la famosa cueva de Lascaux. Lascaux es célebre por sus impresionantes pinturas prehistóricas, que datan de hace unos 17,000 años, y que representan una de las mayores concentraciones de arte rupestre del mundo.
El centro Lascaux 4, diseñado por la firma internacional de arquitectos Snøhetta, ofrece una experiencia moderna y educativa que permite a los visitantes descubrir la cueva original de forma virtual, a través de un facsímil digitalizado y a escala real. La tecnología avanzada utilizada en el centro permite una comprensión más profunda de las pinturas y su significado, y resulta una forma perfecta de complementar la visita a Font-de-Gaume, enriqueciendo aún más la experiencia de adentrarse en el arte prehistórico.

Un lugar clave en esta aventura fue el Hotel Villa Romaine, un encantador refugio en el corazón del Valle del Dordoña, donde me alojé mientras exploraba algunos de los sitios más emblemáticos de la región. La cercanía del hotel Villa Romaine hace de este un punto de partida ideal para explorar esta y otras maravillas del Périgord.
Mi alojamiento en la Villa Romaine fue una experiencia igualmente memorable. Este hotel precioso, miembro de la colección Hotel Sarlat Périgord Noir, está perfectamente ubicado para explorar la región del Dordoña. Situado en un entorno tranquilo, rodeado de naturaleza y con vistas al valle, la Villa Romaine ofrece un refugio de paz tras un día lleno de exploración. El edificio principal, de estilo clásico y pintorescamente cubierto en enredaderas, combina la elegancia con la comodidad moderna. La atención al detalle y el servicio personalizado hacen que la estancia en Villa Romaine sea especialmente agradable. Desde el desayuno, que incluye productos frescos y locales, hasta las cómodas habitaciones, todo está pensado para ofrecer una experiencia auténtica y relajante.

La gastronomía de Villa Romaine es un verdadero homenaje a los sabores del Périgord, una región famosa por su rica tradición culinaria. En su restaurante, cada plato refleja la esencia del terroir local, utilizando ingredientes frescos y de temporada, como el foie gras, las trufas, los patés y la caza, todos cuidadosamente seleccionados de los productores cercanos. La cocina es sofisticada pero accesible, con un enfoque en la autenticidad y la calidad. Los chefs de la Villa Romaine logran equilibrar la tradición con un toque contemporáneo, creando una experiencia gastronómica que celebra los sabores de la Dordogne en cada bocado.
Mi visita a la Dordogne fue un viaje que me permitió descubrir un rincón de Francia lleno de historia, belleza natural y una rica tradición gastronómica. Desde las impresionantes pinturas prehistóricas de la Gruta de Font-de-Gaume y Lascaux 4, hasta los sabores únicos del restaurante Bistro Chez Chloé, cada experiencia fue una oportunidad para conectarme con el pasado y el presente de esta maravillosa región.

Con la ayuda del Comité Departamental de Turismo Dordoña Perigord: https://www.dordogne-perigord-tourisme.fr