
Un refugio subterráneo donde cada rincón susurra historias de tradición y excelencia, La Cava de Santiago es un santuario gastronómico donde la atmósfera se envuelve en una quietud casi mística, permitiendo que los amantes del vino y del buen comer nos perdamos en un viaje sensorial único. Es un espacio exclusivo donde el buen vino y la cocina se fusionan en una danza de sabores, creando recuerdos que se graban en el alma. Cada plato, una obra de arte; cada copa, un canto a la perfección.
La Cava de Santiago, ubicada en las entrañas del restaurante Pitahayas, en el Hotel Hacienda del Mar, se encuentra en un espacio subterráneo, que parece casi secreto, ofrece una experiencia gastronómica única, con un toque de intimidad y exclusividad que lo convierte en un verdadero refugio para los sentidos.

Al llegar, la atmósfera era inconfundible, un equilibrio perfecto entre lo sofisticado y lo acogedor. La cava, con su diseño que evoca una sensación de refugio, me hizo sentir como si estuviera en un rincón privado del mundo, lejos de la rutina y rodeado solo de belleza y tranquilidad. Esta sensación de serenidad es el telón de fondo ideal para lo que fue una experiencia culinaria sublime.
Nuestro guía en esta travesía fue Geovanni Hafid Castillo García, el sommelier del lugar. Con una pasión evidente por el vino y un conocimiento vasto, nos condujo por un recorrido sensorial que enriqueció cada plato. Los vinos, que habían sido seleccionados meticulosamente para acompañar cada bocado, creaban una simbiosis perfecta entre la gastronomía y la bebida, elevando la experiencia a nuevas alturas. Era como si cada copa estuviera diseñada para resaltar las notas de los platillos, lo que convertía cada momento en un pequeño festín para los sentidos.
La magia de la noche la encontramos en la cocina, bajo la dirección del chef José Lazcarro Quiroz y el chef ejecutivo Juan Antonio Díaz Ballinas. Cada platillo parecía contar una historia, una historia profundamente arraigada en la tradición y cultura mexicana. Desde el mole Poblano, con su intensidad y complejidad, hasta el taco de langosta, que me sorprendió por su frescura y exquisita preparación, la cocina de La Cava de Santiago es un homenaje a la riqueza culinaria de México. Los ingredientes, cuidadosamente seleccionados y tratados con un respeto que solo un verdadero maestro de la cocina puede ofrecer, transformaron cada bocado en un viaje a través del tiempo y la historia.

Me sedujo la capacidad de los chefs de transmitir la esencia de la cultura mexicana en cada plato. Sus creaciones creativas fueron una celebración de los sabores que tocan el alma. Cada plato era una obra maestra, no solo en presentación, sino en su capacidad para contar una historia a través de sus sabores y texturas.
Al final de la noche, alzamos nuestras copas para brindar por una experiencia que quedará grabada en mi memoria como uno de los momentos gastronómicos más especiales que he vivido. La Cava de Santiago es un santuario culinario donde la exclusividad, el vino y la cocina se combinan para crear recuerdos imborrables.
